BENEFICIOS DE COMER MAGDALENAS ARTESANAS.

Las magdalenas artesanas cuentan con una serie de propiedades y beneficios que resultan favorables para nuestro organismo.

Más allá de ser uno de los dulces favoritos por muchos, ya sea en el desayuno o en cualquier otro momento del día, la magdalena es un alimento rico en vitaminas, el cual también nos proporciona interesantes minerales y carbohidratos esenciales para nuestro cuerpo.

Por supuesto, siempre y cuando se trate de magdalenas artesanas, ya que, como sabemos, la bollería industrial no es nada aconsejable para la salud. Además, un buen dulce artesano y casero es bastante más natural, sano y gustoso que uno industrial.

Dicho esto, veamos cuáles son algunas de sus propiedades y beneficios más destacados.

Vitaminas

Entre las vitaminas que se encuentran presentes en una magdalena artesana destacan:

  • Vitamina A (Cuidado de la Vista y Piel)

Se trata de una de las principales vitaminas que encontraremos entre las propiedades y nutrientes de una magdalena. La vitamina A es absorbida tanto por nuestros ojos como por nuestra piel para mantenerlos sanos. Respecto a los ojos, los protege de sufrir ciertas enfermedades. En cuanto a la piel, gracias a esta vitamina se consigue ralentizar el proceso de envejecimiento.

Por otro lado, también es muy importante para la prevención de caída del cabello, ya que es una vitamina que ayuda igualmente a fortalecer las raíces del cuero cabelludo.

  • Vitamina B (Prevención de Problemas Cardiovasculares)

El grupo de vitaminas B, es el segundo con mayor presencia en un alimento artesano y casero como una magdalena. El aporte de vitaminas B contribuye a la formación de nuevos glóbulos rojos que ayudan a que la sangre fluya bastante mejor.

De este modo, evitaremos problemas cardiovasculares o la manifestación de coágulos de sangre que puedan dificultar la circulación de la sangre por las venas.

  • Vitamina E (Prevención de Células Cancerígenas)

Aunque en menor medida, la vitamina E que nos aportan las magdalenas artesanas ayuda a nuestro cuerpo a eliminar los radicales libres que acceden a él mediante los alimentos que tomamos. Si no fuera por la vitamina E, dichos radicales libres podrían dañar seriamente nuestras células al punto de causar la aparición de células cancerígenas.

Otras vitaminas que también se encuentran en este dulce son la vitamina D y K, eso sí, al igual que la E, en menores cantidades. No obstante, independientemente de su cantidad, son igualmente interesantes e importantes para nuestro organismo.

Minerales

En cuanto a sus minerales, la magdalena posee un alto contenido en fósforo, sodio y calcio que se encuentran entre sus propiedades nutricionales.

También posee minerales como el potasio, el yodo y el magnesio, a pesar de ser en menor medida, aporta la cantidad suficiente para nuestro cuerpo.

  • Fósforo (Mejora Funcionamiento del Cerebro)

Dado que este alimento proporciona una cantidad considerable de fósforo a nuestro cuerpo, dicho mineral contribuye a un funcionamiento bastante mejor del cerebro. Pues mejora la capacidad de concentración y memoria, y nos permite trabajar mejor durante todo el día.

  • Calcio + Fósforo (Fortalecen los Huesos)

Al combinar estos dos minerales, un beneficio bastante importante al tomar magdalenas es que se consigue mejorar la fortaleza de nuestros huesos. De hecho, la absorción de estos minerales permite a nuestro cuerpo reparar en un menor período de tiempo los huesos dañados ante una fractura o caída.

Carbohidratos

La auténtica y tradicional magdalena de toda la vida lleva azúcar y harina de trigo. No obstante, hoy en día también las podemos encontrar con otros tipos de harinas integrales como pueden ser la de espelta o centeno, entre otras. Al igual que las podemos encontrar sin azúcar.

De esta manera, cualquier persona intolerante o alérgico al gluten, así como aquellas personas con diabetes, podrán disfrutar de este delicioso manjar.

Ahora bien, centrándonos en los beneficios de nutrientes como los carbohidratos para nuestra salud, debemos saber que el azúcar es un hidrato de carbono imprescindible para el correcto funcionamiento de nuestro organismo. Eso sí, siempre y cuando se consuma moderadamente.